Imágenes

viernes, 7 de agosto de 2009

Un modelo injusto


Ha vuelto a quedar patente que el Delegado del Gobierno socialista en Murcia no es más que eso, un delegado que repite y dice amén a lo que le dicen sus jefes de Madrid.

El Partido Popular, sin embargo, es tan sólo delegado de los murcianos, se debe a ellos, y por eso no está de acuerdo con el modelo dictado por el tripartito y propuesto finalmente por Zapatero.

Consideraba el señor González Tovar hace unos días que el aspecto central del nuevo sistema de financiación autonómica debía ser la población, los ciudadanos. No debe estar el delegado muy en sintonía con el Gobierno socialista después de que éste haya negociado dicho sistema únicamente con los nacionalistas catalanes, con Esquerra Republicana de Cataluña, que representa a 300.000 ciudadanos, dando la espalda al resto de españoles, más de 46 millones.

El sistema vigente de Financiación Autonómica fue un modelo aprobado por todas las comunidades autónomas, de uno u otro color político, valorado positivamente por todos, incluso por Pedro Saura, cuando su cargo era el de portavoz de Economía en el Congreso de los Diputados. También entonces hubo una sola excepción en aquella negociación de 2001: los socialistas catalanes que ya avisaron, por boca del Sr. Maragall, líder de la oposición en Cataluña, que en cuanto gobernara el PSOE lo cambiarían.

Tras esto, Zapatero prometió en un mitin en Barcelona que, de ser presidente del Gobierno de España, aprobaría el Estatuto que saliera del Parlamento catalán, frase de la que ha sido esclavo a lo largo de estos últimos 5 años y, especialmente, en los últimos días.

De aquellos polvos vienen estos lodos. Ese texto estatutario ha modificado las reglas del juego de todos los españoles.

La negociación del Gobierno socialista con los nacionalistas catalanes va a permitir que se aplique en todo el país un sistema de financiación fruto de una filosofía soberanista que supedita la voluntad del conjunto de España al interés de una sola comunidad autónoma. Pero ni siquiera se trata de un acuerdo entre gobierno estatal y gobierno autonómico, sino entre Zapatero y Esquerra Republicana de Cataluña.

Tres votos de ERC han decidido el futuro y el bienestar de 46 millones de españoles. Tres votos que han costado 4.000 millones de euros.

Al final, ha quedado demostrado lo que decíamos desde el Partido Popular de la Región de Murcia: para este viaje no hacían falta alforjas, que con actualizar la población valía, que el modelo era bueno, sólo había que cumplir la ley y su espíritu.

Por todo esto, tampoco me deja indiferente que el delegado del Gobierno afirme que el nuevo sistema podría “reducir las tensiones territoriales”. Todo lo contrario. Con su actitud, el Gobierno socialista ha contribuido a crear autonomías de primera, de segunda y de tercera. Y esta desigualdad no es buena para la convivencia.

El delegado defiende lo que le dictan desde Madrid para defender su puesto. Lo que nos vale al PP de la Región de Murcia es el acuerdo firmado por todos los grupos en la Asamblea Regional el día 22 de junio. Incomprensiblemente al PSRM-PSOE ahora le parece bien el modelo que margina a los murcianos y que incumple 14 de las 20 resoluciones aprobadas por unanimidad en nuestro parlamento regional. Todo un nuevo ejemplo de coherencia, así les va.