El debate del Estado de la Nación me ha deparado pocas sorpresas. No tenía muchas expectativas acerca de las intervenciones del presidente del Gobierno. Algo me decía que Rodríguez Zapatero se sacaría de la chistera un nuevo plan que sumar a los once que ya ha presentado y que han resultado más que inútiles para hacer cara a la crisis.
Verle, otra vez más, asumiendo propuestas del PP, sin reconocerlo, no ha hecho sino intensificar mi teoría de que él, su grupo parlamentario y su gobierno, carecen de ideas solventes que arreglen el desaguisado económico que han montado por negar una crisis que todos vimos y que el PSOE negó desde el principio.
Por otro lado, he de destacar la intervención del presidente del PP y líder de la oposición, Mariano Rajoy, que se ha mostrado consciente de las necesidades del país, realista y conciliador. Lógicamente, no puede y no debe ocultar cuales son las deficiencias de la actual política del Gobierno por lo que me sumo a todas sus críticas.
En cuanto a la Región de Murcia, Zapatero ha vuelto a ser indiferente, a diferencia de Rajoy, a los intereses de esta comunidad no mencionando ni una sola vez el problema del agua, que tanto nos preocupa, o la Alta Velocidad.
Ya nadie le cree. Cada vez se encuentra más escorado a la izquierda y, lo que es mucho peor, más desorientado lo que nos afecta a todos los españoles que no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo al ritmo de 7.000 empleos perdidos al día.
Por lo que, dado el estado de la nación, ahora mismo el país necesita las recetas del PP, las que ha expuesto el Grupo Parlamentario Popular y las que, en un plazo no muy lejano, nos sacarán del agujero en el que nos ha metido el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero.